Capítulo 10 – Reencuentros y Peleas.
El
ruido del teléfono me sacó de mis pensamientos, sin pensarlo dos veces corrí y
atendí
—
Bueno — dije más ansiosa de lo normal y escuché su risa.
—
Bella… — sonreí
— ¡Jake!
— grite y el rio — ¿oh vienes
para acá? — pregunté ansiosa
— Hola
Bella, estoy bien tu sabes, nada me pasó todo sigue igual — se burló y volvió a
reír.
— ¡Qué
gracioso! — bufé — ¿vas a venir?
— ¿Ansiosa?
— ¡Oh
vamos!, déjalo pasar, no tengo que ser perfecta
— contesté pero aun así me sonrojé.
— No
— susurró.
— ¿Bueno si
vienes o no?
—
De hecho estoy con Paul y Seth — escuché un ‘Hola
Bella’ por el celular — los chicos te mandan saludos.
— Yo
igual.
— Realmente
creo que esta chatarra no da para más — murmuró.
— Idiota
— bufó Paul.
— Que
mal — contesté sonriendo— pero diles que pronto iré a jugar futbol contra ellos—
él rio.
— ¡Es
un trato, quiero revancha! — gritó Paul
por el auricular.
— Oh
si, les volveremos a ganar — dijo Seth y yo reí, al parecer estaba en altavoz.
— Tu
cállate Seth, te juro que les ganaremos esta vez.
— ¡Como
si pudieran vencerme, soy el más ágil de todos!
— ¡Solo
eres un niño flacucho! — escuché la
conversación divertida.
— Bueno
chicos, basta ya — dijo Jacob algo enojado —despídanse chicos.
— ¡Adiós
Bella! — gritaron al mismo tiempo.
— Adiós
— contesté aun sonriendo por sus tonterías.
— Si
supieras cuanto hablan de ti, te extrañan
como si nunca vinieras.
— Pronto
iré — prometí.
— Claro,
tu siempre eres bienvenida — sonreí.
— ¿A
qué horas vendrás?
— Bueno,
espero terminar esta chatarra pronto, pero lo dudo. Tal vez no la termine, pero
me iré como a las tres o cuatro
— De
acuerdo — suspiré.
— ¿Quieres
que compre algo de cenar?
— Por
favor.
— Bueno,
entonces nos vemos, hasta luego Bella
— Hasta
luego — colgué.
Salí
de nuevo y tomé mi libro entrando, me senté. Las horas pasaron muy rápido, gracias a Dios Jacob llegó.
—
¡Entrega a domicilio! — gritaron y corrí hasta ella
riendo.
—
¡Qué tonto eres! — abrí la puerta y sonreí — ¿terminaste
lo de Sam? — asintió.
— Seamos
realistas esa cacharro no pasa de esta semana, es más viejo que tu troca y eso
es casi imposible — le golpe el brazo — ¡auch! eso dolió.
— No
la ofendas.
— Perdón
— susurró pero sonó más sarcástico que nada, entro como si nada y se sentó en
el sofá — ¿Qué veremos hoy?
— Guerra
de los mundos.
— Sabes
hay que dejar de hacer esto… — lo miré asustada — no Bella, no malentiendas, quiero estar aquí,
pero siento que te aburre que solo venga me acabe tu refrigerador y veamos
películas.
— Yo
estoy cómoda con eso — sonreí sinceramente.
— Sí, yo igual. Solo que pensaba que a ti te
gustaría salir a divertirte ya sabes cómo las otras chicas.
— Pero
yo solo quiero ver la película.
— ¿Y
si te invitara al cine o no sé el parque irías? — pregunté de lo más normal pero
sus manos jugando con los dedos lo delataron.
— Claro,
¿Por qué no? me recargue en el sofá — así tu pagarías y te acabarías la comida
de los demás y no la mía.
— Perdón.
— Es
broma Jacob, come todo lo que quieras. Charlie ya casi no come aquí y yo no
como mucho digamos que la comida puede estar ahí durante meses, así que da igual,
eres como de la familia — me recargue en su brazo y pulse play — ¿Así que cuando
vamos al cine? — lo miré y Jake estaba sonriendo.
— Estoy
libre cualquier día – sonrió — ¿Qué te
parece si vemos esa película nueva de Megan Fox?
— Dios,
si vas a ver a tu novia no me lleves —
me volví a recargar en el sofá, pero al parecer eso le molesto y con su brazo
me jaló hacia él.
— NO,
no no, tu aquí — me sonrió y me sonroje — ok ¿vemos esa de zombies?
— Si
eso está mejor — ambos no callamos cuando
empezó la película.
Jacob me hizo olvidar el mal rato, la semana paso
volando lentamente, no hubo mensajes, ni llamadas ni nada de Edward, era como
si la tierra se lo hubiera tragado, solo Alice me había dicho que el próximo
viernes era noche de chicas, pero era hasta la otra semana, pero nada más,
después tampoco supe nada de ella.
Jacob
venia ahora más seguido, obviamente notaba la falta de Edward pero no decía
nada. Para él era mejor así y para mí también, él me hace feliz. Fui a casa de
Emily y Sam reímos y jugamos un rato pero siempre era lo mismo, llegando a casa
recordaba que estaba sola y me felicidad caía hasta los suelos y me sentía
triste otra vez. Lo extraño demasiado, Lo quieres dijo una voz en mi cabeza y
retire esa idea rápidamente
Subí
a mi cuarto, me bañé, tomé un cambio nuevo, me coloqué mis jeans grises pegados
y una playera de manga hasta los codos
azul marino estaba muy cómoda. Con mi pelo húmedo y suelto algo despeinado,
cuando terminé baje por algo de beber. Escuche que tocaban la puerta, pero aun no terminaba de servir el jugo, tome
la botella y la guarde, casi corrí a la puerta, Jacob ya había llegado
—
¡Voy! — grité pero en lo que iba a abrí la puerta se me cayó el vaso en sus
pies rompiéndose en pedazos — ¡Rayos, lo siento Jacob! — me agaché sin verlo y empecé
a tomar los pedazos de vidrio para ponerlos arriba del más grande, una mano suave
grande y pálida me detuvo, me paralicé en mi lugar.
—
No soy Jacob — me quede paralizada con los vidrios en la mano —
deja que te ayude — susurró sin decir
nada más, yo seguí sin moverme y sin
levantar la vista, cuando me recupere recogí los últimos vidrios, aun sin
verlo. Sabía que si lo hacía lloraría, me levanté y caminé a la cocina para
tirar los vidrios No llores, por favor, todo menos eso Bella, cuando fui a
buscar el trapeador, Edward ya lo tenía en sus manos y estaba limpiando el
desastre de la entrada
Lo
mire, él estaba a espaldas a mi Edward está aquí quería tirármele encima y
llorar, pero tenía que ser fuerte. Rápidamente empecé a temblar y mordí mis uñas
para controlar mi nerviosismo. Una lagrima traicionera salió de mi cara y la
limpie rápidamente. Edward termino y dejo el trapeador afuera. Entro y le di
una ojeada antes de volver a ver el suelo un mordiendo mis uñas. Se quedó en el
marco de la puerta y sentí su mirada en mi ¡No llores Bella!
— Hola — murmuró con voz ronca.
— Hola
— contesté apenas en un susurro mientras seguía mordiendo mis uñas.
— Bella
— me llamó pero no lo mire — ¿no piensas mirarme? — negué y de repente estaba
llorando sin parar, trate de limpiarme y como no paraba me tape la cara, pero
Edward fue más rápido y sostuvo mis manos evitando que me tapara, por fin lo
mire a la cara y toda la poca cordura
que me quedaba, termino. Me tire a sus brazos y empecé a llorar.
— Edward
— chillé — ¿por qué? — lo abracé más fuerte y escondí mi cara en su pecho. Sé
que era patético, solo fue una semana, pero lo extrañaba, sentía como si fueran
años, lo extrañe mucho. Él no se movió, se quedó inmóvil un momento, yo lo abracé
aún más fuerte, no lo soltaría por nada
del mundo, sentía como si se fuera a ir de nuevo y no regresaría.
— Porque,
que Bella –hablo por fin y correspondido el abrazo.
— Me
dejaste — lo acuse — yo no quise…
— Lo
siento, pero yo no te deje Bella — me alejó para que lo viera a los ojos — tú
me alejaste de ti — su cara estaba dolida y sus ojos eran vidriosos
— Pero,
no me hablaste, no... nada — lloré de nuevo y volví a esconder mi cara en su
pecho.
— No
llores — susurró — me pone triste verte
así Bella.
— Pero
es que te extrañe, te fuiste, solo te fuiste y no te vi, quise ir a verte, pero
tenía miedo — él me frotaba la espalda en círculos. No me importaba si parecía
otra cosa, solo decía la verdad, lo extrañaba — no me dejes.
— Bella,
aquí estoy.
— No
me dejes Edward.
— Bella,
aquí estoy — me volvió a alejar y tomo mi cara delicadamente, limpiando mis
lágrimas con sus dedos gordos — aquí estoy — yo asentí y sonreí aun llorando —
ya no llores Bella.
— Edward,
realmente lo siento, yo no quise que te enojaras conmigo, yo solo… eres mi
amigo y te necesito — lo mire a los ojos, como extrañaba sus ojos verdes, eran
tan pacíficos, algo muy raro me pasaba con él, pero no sabía que era
exactamente.
— No
tienes porqué disculparte, no me enoje — miro a otro lado.
— si
lo hiciste, por eso no venias a verme, pensé que ya no me querías.
— Pero
Bella, no era por eso, solo que tenías razón — trago en seco y miro la pared —
también te extrañe — me aleje de él y la furia de repente corrió por mi cuerpo.
— ¡Pues
entonces porque no venias a verme! — le grité llorando — porque Edward, ¡si ya no quieres ser mi amigo
dilo! Lo golpeé en el brazo — ¡pero
nunca me dejes así, nunca oíste idiota! –lo volví a golpear, el solo me miro y
no hizo nada — eres el idiota más grande del mundo, ¡no me vuelvas a dejar! –lo
seguí golpeando, pero a él no le hizo efecto alguno, se acercó a mí— NO,
primero promételo Edward — le grite — promételo — ahora fue él el que me abrazo
con su cabeza recargada en mi hombro, yo trate de zafarme, pero me rendí al
sentir su brazos y volví a llorar en su hombro.
— Lo
siento — dijo con voz aguda.
— No
lo prometiste
— Te
prometo que siempre seré tu amigo — mi corazón cayo en pedazos ante eso, él no
quería prometer nada — ven — me jalé hacía la cama y nos sentó allí — solo hago
lo que tu pediste, dejarte hacer tu vida — lo mire y pensé, un momento, este no
era Edward, no era el Edward que yo conocía, era tan… diferente. Él era más
aventado, mas engreído, ¿qué le estaba pasando?, no se veía más feliz, pero si
se veía diferente, me estremecí, ¿qué le pasaba?
— Bueno,
de acuerdo, yo lo pedí — lo miré y fui al grano — te ves diferente — toque su
cara y pase mis dedos por sus ojeras, el cerro los ojos.
— No he
podido dormir, tú sabes el estrés de la universidad.
— ¿Y
Tanya? — pregunté como no queriendo la cosa.
— Estoy
saliendo con ella — aceptó aun con los
ojos cerrados, pero sin ningún sentimiento en su cara, que bueno que la tenía
cerrada no quería que viera mi cara de dolor y de disgusto.
— ¡Oh!
ya es definitivo — asintió — ¿Desde cuándo?
— No
tiene importancia Bella — realmente Edward estaba muy diferente, si no lo viera
allí sentado juraría que no era el él que estaba hablando.
— ¡Bella!
— Edward y yo nos levantamos rápidamente al oír gritar a alguien desde afuera —
¡Bella! — me asomé por mi ventana y ahí estaba Jake, mi sol personal, para
alegrar mi día en su motocicleta esperándome abajo, sonreí, pero no pude evitar
pensar dentro de mí que esta vez fue un momento inadecuado para aparecer.
— Jacob
— sonreí — ahora bajo — él me miro y también sonrió, pero al parecer vio a
Edward ya que su cara se puso confusa. Me volteé y vi su cara sin ninguna expresión.
— Para
ser una persona muy lista, no sabes ver –susurro, yo no le entendí y me acerqué
a él.
— No
te vayas —ni siquiera me dejo pensar me acercó su cara el abrió los ojos y
entre abrió los labios, yo vi sus labios un momento y también los entre abrí,
me acerqué más y volteé mi cara para darle un beso en su mejilla, un beso que
duro y me aleje lentamente — ¿Podrías esperarme? — antes de que contestara baje
las escaleras corriendo, la abrí y ahí estaba mi Jacob, creo que también
debería agradecerlo, hubiera terminado rogándole a Edward, que se quedara y eso
no era ser amiga.
— Bella
— grito y abrió sus brazos para que fuera abrazarlo, yo baje las pequeñas
escaleras del pórtico y camine hasta él y le brinqué encima para abrazarlo, con
mis manos en su cuello.
— Jake
— él nos dio una vuelta y luego me bajo yo lo solté sonriendo — pensé que ya no
vendrías, te habías tardado.
— Lo
siento, es que te tengo una sorpresa.
— ¡Oh
no sorpresas no Jake! — lo mire mal.
— Créeme,
te encantara esta sorpresa.
— No
lo creo.
— Es
un regalo Bella y tienes que aceptarlo.
— Espero
no sea algo caro y extravagante — él rio.
— No
en serio, créeme no es algo extravagante
— lo miré confusa — después te lo daré — alguien tosió a mis espaldas y
yo me volteé para ver a Edward con una cara que juraría que se le iba a aventar
a Jacob — Cullen.
— Hola
Perrito —tosió, Jacob como que se le iba a tirar encima pero yo lo abracé de la
cintura para sostenerlo.
— Edward,
compórtate — lo reprendí, me miro y camino a su volvo — ¿a dónde vas? —
rápidamente solté a Jacob y caminé hacia él.
— Me
voy — lo tomé de su brazo, era obvio que yo no lo detuve, pero él lo hizo —
¿Ahora que Bella? — al parecer el Edward anterior estaba regresando.
— Dijiste
que no te irías otra vez.
— ¿Y
que se supone que haga aquí? — dijo exaltado — no me quedaré para que se me
suban las pulgas. No sé tú, pero deberías cuidarte.
— Vamos
Cullen, dilo de nuevo — Jake caminó hasta nosotros con sus puños cerrados.
— Por
favor Jacob, tú se maduró — lo miré a los ojos y se relajó un poco.
— ¡Ah!
ahora soy inmaduro — Edward me miro enojado.
— Pues
al parecer si ¿Por qué tratas a Jacob así?
— Como
ya te dije, eres una persona muy inteligente, como para no ver — de nuevo dijo
esa frase y de nuevo no entendí, acaso Jacob lo molestaba, claro ellos se
odiaban, pero… ¿tenía algo más que ver?
— Explícate.
— Ya
lo he demostrado — y sin más subió a su volvo y se fue en el — yo me quede
viendo cómo se marchaba y unas lágrimas salieron de mi cara ¿Qué nos pasó? De
ser los mejores amigos y siempre estar juntos a que él no me quiera ni ver, tal
vez Tanya empezaba a meterle su veneno, No, porque a mi Edward, no es que fuera
mío, pero si él es mi amigo
-Bella
–me llamo Jacob, me limpie las lágrimas y volteé a verlo con la mejor sonrisa
que pude poner.
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